miércoles, 31 de marzo de 2010

EL MAESTRO (SABONIM)


Sin duda alguna, la figura del maestro es fundamental para la correcta práctica del arte marcial.

Es la fuente de la que surge el conocimiento que llega hacia ti.

El buen maestro es paciente, recto, fiel a sus principios; jamás será irónico e irrespetuoso con respecto a otros estilos de artes marciales, comprenderá que todas juntas forman un todo, dignas del más profundo respeto.

En la práctica, será rígido y flexible a la vez, te corregirá mil veces un detalle hasta quedar satisfecho de su corrección; marcará un camino, convirtiéndose en un ejemplo a imitar.

El alumno ha de ser receptivo a la enseñanza del maestro. Deberá aceptar con humildad las correcciones impuestas, guardará respeto y lealtad al Sabonim, acatará sus instrucciones.

El maestro te orienta y perfecciona en la senda del arte, deposita en ti su espíritu, su experiencia, su esencia. Aquel que sabe ser custodio de ese tesoro, con los años y la práctica, llegará a ser fiel continuador de su maestro.

Me considero afortunado de ser alumno del maestro Diguardia.

El maestro Diguardia es hombre paciente, muestra siempre una sonrisa en su rostro y carga sobre sí, años y años de experiencia en las artes marciales. Ama lo que hace y sabe hacer llegar a ti ese amor por la práctica, ese amor por el Hapkido.

Es metódico en la enseñanza, perfeccionista en la técnica. Es exigente y comprensivo a la vez.

Sin duda, su espíritu está impregnado del Tao que, según los chinos, te armoniza con lo que haces y te rodea hasta hacerte uno con ello.

Es consciente de que los tiempos cambian; que ya no se entrena como los antiguos entrenaban, que no hay nada inamovible y que el método, asimismo, evoluciona. De esta forma nunca queda estancado en la transmisión de conocimientos.

Hay un dicho muy de su agrado, que le hemos escuchado mucho y que resume en sí, toda la filosofía de su enseñanza:

"Mucho sudor en el gimnasio. Poca sangre en la calle".

Diguardia es un maestro que nos inspira enorme respeto, porque comprendemos que es fiel a sus principios, es honrado en su enseñanza; poco a poco, te dejas llevar por su torrente pedagógico.

Como antes mencioné, no dudará en corregirte cuantas veces sea necesario; y cuando lo hace centra toda su atención en ello, hasta quedar satisfecho y convencido de que la idea y la esencia de la técnica, ha llegado a ti.

Es un placer y un honor, seguir la senda que este maestro nos marca a sus alumnos, impregnando con su espíritu y esencia, la práctica del Hapkido.

2 comentarios:

  1. Muy bonita reflexión sobre las enseñanzas que has recibido de tu maestro en artes marciales.
    "Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías;breve y eficaz por medio de ejemplos."
    Un saludo,amigo.

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  2. Me encanta tu blog. Lo seguiré con atención por lo mucho que puede enseñarnos. Enhorabuena por este espacio. Un abrazo.l

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