viernes, 18 de junio de 2010

LOS COMPAÑEROS (Gonjdonj)

Lo mejor, los compañeros.
El arte marcial crea grandes lazos de amistad. Amistades que merecen la pena ser cultivadas durante el resto de la vida.
Me considero afortunado de tener buenos colegas. Colegas de la talla de "Rodri", Andrés, Raúl Jiménez, Ernesto Coca, y tantos y tantos compañeros cuyos nombres aquí no aparecen, pero que aprecio tanto como a los anteriormente nombrados. A todos nos une una afición, un nexo de compañerismo, una carrera en común, dentro del arte del Hapkido.
De todos ellos aprendo a diario, da igual el cinto que posean, da igual el nivel de entrenamiento que realicen; de todos saco una gran enseñanza.
Aprendo de su forma de ser, de su forma de afrontar la vida, de sus experiencias dentro y fuera del gimnasio. Nada más relajante para el estréss que la vida cotidiana nos trae, que reir un buen rato con ellos, charlar, compartir vivencias, antes de comenzar la clase.
Comprendo así, cuán diferente somos, y cuántos mundos interiores existen, cada uno una historia, cada uno, una vida.
El entrenamiento con el compañero está basado en el respeto mutuo, comprender sus limitaciones o nivel técnico y ayudar a que día a día, se supere. Hay que evitar lesionarlo, controlar nuestras técnicas sin por ello ser "light" en el entrenamiento.
La técnica ha de aplicarse con sinceridad y honradez.
Hemos de ser claro con el compañero, corregirle cada vez que no realice bien su técnica, sin que por ello deba molestarse, y aceptar las sugerencias de los compañeros de grado superior, la humildad ha de ser una de nuestras facetas más arraigadas. Pero sobre todo, hemos de tender una escala, una mano para ayudarle a ascender en este arte que nos une y que compartimos, para ayudarle a subir hasta nuestro nivel.

Humildad, constancia y cortesía, engrandecen nuestro ser interior.