miércoles, 1 de junio de 2011

PILARES DEL CAMINO INTERNO



Quiero dedicar este artículo, a mis compañeros en la práctica del hapkido del Centro Deportivo Camas y muy especialmente a aquel que, día tras día, nos motiva a vestir con orgullo el dobok y alcanzar la pureza de la técnica y el sentido de la práctica: el maestro Françoise Diguardia Cumbreras.

PILARES DEL CAMINO INTERNO

Sentado en mi escritorio, medito. ¿Qué valores deberían proliferar entre los que practicamos el hapkido (así como cualquier otro arte marcial)?
Frente a mí, el patio de mi casa. Entra la luz del Sol y una ligera brisa viene desde lejos a refrescarme; pienso que es igual que la inspiración, viene desde lejos, refresca tu espíritu y, si no la captas a su debido tiempo, te abandona para perderse de nuevo en la lejanía.
Necesitamos edificar nuestra existencia sobre una base de valores morales que nos haga crecer como personas. Esos valores se encuentran entre nosotros, así en la calle como en el gimnasio a la hora de practicar.

1 CORTESÍA (YE UI)
Va a dar comienzo la clase. Formamos de cinco en fondo frente al maestro, la puerta de la calle está abierta y logramos ver algunos transeúntes que miran, curiosos, hacia el interior.
El maestro me dirige la mirada y asiente; quiere que de comienzo el protocolo con el que solemos iniciar nuestras clases.
-¡Chariot!
Nos ponemos firmes, la mirada atenta.
-¡Chaullangu!
Giramos hacia la derecha. Frente a nosotros, sobre los espejos que cubren la pared, enmarcado en una fotografía de gran tamaño, el Maestro Fundador nos contempla.
Su mirada nostálgica da la impresión de perderse en el vacío sumida en profundas reflexiones y sus labios apenas esbozan una sonrisa.
-¡Do Ju Nim! ¡Choi Jon Sul! ¡Kyoungi!
Saludamos al gran maestro.
-¡Chaullangu!
Nos giramos de nuevo y quedamos cara a cara con el sabonim.
-¡Sabonim! ¡Kyoungi!
Comienza la clase.
Me encanta que nuestra hora y media de práctica siempre esté precedida por este protocolo de respeto y cortesía, por ese instante de recuerdo hacia la figura del fundador. Es algo que te predispone de forma positiva.
Cortesía y respeto son la base de nuestra existencia. Desde el cinto más bajo al maestro ha de ser algo común y recíproco.
A veces, el sabonim, para explicar una técnica, necesita tu ayuda. Pronuncia tu nombre y te invita a acercarte, acudes a él y le saludas respetuosamente, así como cuando termina su exposición y has de regresar a tu lugar.
Debe saludársele siempre que se le solicite para aclarar una duda o cualquier otra cosa, y siempre que accedas o salgas del docham.
Entre compañeros no ha de ser menor la cortesía. Realizas la técnica expuesta y tu compañero, que es cinto de nivel bajo y de poca experiencia aún, no logra realizarla correctamente; se la explicas cuantas veces sea necesario, usando toda tu corrección y paciencia hasta que logre asimilarla, pensando que así le ayudas a progresar. Cuando su ejecución sea aceptable, dale una palmadita en el hombro y obséquiale con un: “Muy bien, compañero”, enmarcado por una sonrisa. El compañero cada vez irá tomando más confianza en sí mismo y cultivarás, de esta forma, lazos de respeto y amistad.
Quizás en la próxima vuelta, seas tú quien necesite ayuda y la palmadita en el hombro, de tu maestro.

2 INTEGRIDAD (YOM CHI)
-Todas las Artes Marciales son buenas –he escuchado decir al maestro-. No existe ninguna que sea superior a otra, cada una hace énfasis en algún punto determinado. Lo que varía de una a otra es la filosofía de combate. Todas las técnicas han sido desarrolladas por los maestros y comprobadas su eficacia. El problema no está, pues, en el arte, sino en quien lo practica.
Nunca he escuchado al maestro criticar, destructivamente, algún arte marcial. Siempre que habla de ellas, lo hace de forma comparativa y desde el más profundo respeto.
Admiro esa forma de pensar que, de por sí, indica gran integridad en el pensamiento.
El maestro es fiel a su enseñanza y principios. Sabe transmitirlos con inteligencia y amabilidad, estimulándote a mejorar cada día.
No solo se limita al docham; también he tenido la suerte de contar con sus consejos referentes a aspectos de la vida cotidiana, superando así los límites del ámbito marcial para aplicarlos en nuestro día a día.
Nunca se termina de aprender, piensa. No se estanca en su conocimiento; asiste e imparte cursos, donde aprende y enseña.
Cada vez que se dirige a ti para corregirte algún detalle de una técnica, tiene la particularidad de hacerlo de forma que, lejos de sentirte torpe, te motiva a mejorar dicho aspecto.
Con sus actos y palabras, con su forma de pensar, se ha ganado nuestro respeto. Nos sentimos afortunados de contar con un sabonim como él.
He aquí la integridad en el arte marcial.

3 PERSEVERANCIA (IN NAE)
El compañero tiene cara de preocupación. Mira sus manos, entrelazadas con las mías, tratando de realizarme una luxación que no surte efecto ninguno. Emite bufidos de desesperación.
-Esta técnica es muy difícil –dice-. Nunca me saldrá.
El maestro ha convocado exámenes de grado y, de un tiempo atrás, una hora entes de la clase, algunos compañeros quedan para comenzar a prepararlo. Hay quien se dedica a él de pleno y también los hay que no hacen más que darle vueltas y vueltas a los folios del temario con cierta desesperación.
-Yo no me presento –acaban sentenciando-, no me sale nada de esto.
¡Cuántos obstáculos nos ponemos nosotros mismos en el Camino! Una proyección que no sale, una luxación que se nos resiste, un encadenamiento de técnicas que no logramos armonizar, un temario al que no dedicamos suficiente tiempo y, sobre todo la palabra NUNCA y la negación NO.
Cada vez que los observo, recuerdo que, en mis principios también tuve esas sensaciones de frustración e inseguridad. Del maestro aprendí que la perseverancia es la base que nos permite avanzar en el Camino y superar cualquier obstáculo.
-Nada –vuelve a decir el compañero, insistiendo con la luxación-, esto nunca me va a salir.
-No digas que nunca te va a salir –le contesto-, dí que no quieres que te salga.
Y comienzo a explicársela de nuevo.

4 AUTO CONTROL (JAH JEH)
El maestro explica la técnica a realizar.
-Esquivamos el golpe –repite con paciencia-, esquiva lateral, nunca quedarnos frente a él. Golpeamos con codo y realizamos la primera proyección de piernas.
Nos lo muestra desbrozando cada movimiento, haciendo énfasis en los puntos clave de la técnica.
Parece fácil, pero al primer intento, no logro esquivar y me trago el golpe. El compañero ríe y hace bromas al respecto. El segundo intento acaba como el primero, y el tercero también…no hay forma. Me siento molesto con mi torpeza, golpeo la palma de la mano con el puño y lanzo un juramento en voz baja. Me encantaría lanzar una patada a la pared. ¿Pero qué es lo que falla?, me pregunto con irritación. Estoy de mal humor, el compañero calla.
Esta actitud no está bien, lo sé. Respiro profundamente y trato de calmar mi mente con la esperanza de que me abandonen estos pensamientos negativos, que no me conducen a nada. Me demuestran, una vez más, que no soy capaz de tomar las riendas de mi carro interior y ello me bloquea para avanzar.
Respiro pausadamente. Siento que me voy calmando. Al meditar sobre mi actitud he apaciguado un poco más mi interior; al menos he logrado expulsar el sentimiento de ira.
Quiero repetir la técnica. El compañero vuelve a atacar, esquivo, atrapo el golpe… ¡y proyecto! No de forma perfecta, pero mucho mejor que las veces anteriores.
Eso está mejor. Ahora siento que he comenzado a avanzar.

5 CORAJE (BAEKJOOL)
-¿Seré capaz de progresar en hapkido? ¿Duraré un par de semanas y lo dejaré por imposible? Es un arte marcial muy difícil, complicado, son muchas cosas a tener en cuenta, armonía, coordinación…
Mientras anudo el ti en mi torso, me invaden las dudas. Son como hormiguitas que pululan en el interior de tu mente y no te dejan en paz.
-¿Quedaré en ridículo frente a los compañero, cada vez que intente realizar una técnica y no me salga? –Continúo martirizándome- No me apetece quedar etiquetado como el torpe de la clase.
Me siento en el banco del vestuario. Casi me dan ganas de largarme de allí, aún estoy a tiempo. Siento inseguridad. Sé que es un Camino largo y difícil de recorrer que no sé si alcanzaré siquiera su mitad.
Acaricio mis muñecas. Aún me duelen de la clase del día anterior. Muchas luxaciones.
Respiro profundo y trato de meditar sobre mis sentimientos. “¿De qué huyes?” Me pregunto. “Esto es algo te gusta y deseas hacerlo. Lo sientes como algo tuyo, algo que ha invadido, benéficamente, tu interior”. “¿Huyes de ti mismo?” La voz interior toca la fibra sensible; tiene razón. Aparto estas ideas negativas de mi mente. He de luchar contra esta actitud. “¡Vamos, sal ahí!” Me obligo.
El maestro llama a los rezagados para comenzar la clase.
Tras mi auto reprimenda, me siento mejor, renovado mi ánimo y con ganas de afrontar la clase, sea como sea. Siento ganas de pisar fuerte el Camino, apartar cuantas piedras encuentre el él y retar mi cobardía hasta expulsarla del interior.
Me levanto y salgo del vestuario.
Los compañeros han empezado a formar y el maestro apremia.
-¡Vamos! ¡Que empezamos ya!
Ahora siento que ha florecido en mí el coraje suficiente para vencer mi propia inseguridad.

6 LEALTAD (KYOMSONHAN)
Hoy he llegado algo temprano al gimnasio. He quedado con algunos compañeros una hora antes de clase para repasar series de técnicas.
El docham está vacío y hay una agradable tranquilidad en él.
Miro hacia el fondo. Las enormes cristaleras dejan ver los aparatos de musculación, algunos compañeros realizan ejercicios de pesas.
Me siento sobre un peldaño de la escalera que da hacia la oficina del maestro. Es agradable la soledad que embarga en estos momentos la sala de hapkido, apenas rota por el chasquido de los aparatos de pesas.
El momento incita a pensar, a meditar, a bucear en nuestro interior. Siempre me invade un sentimiento positivo en estos instantes en que me siento a solas conmigo mismo, en este lugar.
Como una brisa, aparece un pensamiento. Hay que ser rápido y plasmarlo en el instante porque, como la brisa, tras refrescarte, volverá a desaparecer y ya nunca será igual a la próxima que percibas. Los pensamientos son sutiles, como el aire.
Tomo mi cuaderno de notas y bolígrafo, los deposito sobre mis rodillas y me dispongo a escribir.
Quiero dedicárselo al maestro con la esperanza de que me dé su opinión sobre estas líneas que he anotado de manera fugaz:
“Debes lealtad a tu sabonim; debes lealtad a tu clan, simbolizado en el docham; debes lealtad a la enseñanza que recibes del maestro y lealtad a los valores que vas adquiriendo a lo largo del Camino, mediante la práctica, junto a tu clan.
Te debes lealtad a ti mismo, a tus pensamientos, a tu espíritu y a tu corazón.
Debes lealtad, en fin, a todo aquello por lo que has elegido caminar hacia una “no meta”; y a todo aquello por lo que merece la pena meditar unos instantes”.

7 HUMILDAD (CHUNG SON)
Los compañeros están realizando una técnica propuesta por el sabonim. Lo hacen muy bien; en el Centro Deportivo Camas hay nivel.
Se les ve muy motivados y disfruto al contemplar cómo estudian cada movimiento que realizan, desbrozándolos como los granos de la espiga del trigo.
Rodri y yo estamos al final del tatami, junto a la enorme cristalera que da paso a la sala de musculación y discutimos sobre técnicas acordes a nuestro nivel.
Se acerca el maestro; viene a proponernos otro ejercicio y a controlar qué tal realizamos el que actualmente estamos entrenando. Su mirada escruta cada movimiento nuestro. Es escrupuloso en la ejecución y no duda en corregirte el más mínimo detalle. Es exigente y perfeccionista, lo que da una gran personalidad el centro.
Entonces, entre nosotros, surge una conversación acerca de los estilos:
-Todos los estilos son válidos –dice el maestro-, tan sólo se diferencian en matices a la hora de realizar la técnica. Todos son respetables y correctos. El hapkido ha evolucionado a través de los estilos. Nunca debemos anclarnos en lo antiguo y permanecer inamovibles. Pensad que hoy ya no se entrena como lo hacían los antiguos maestros. Hay agarres y técnicas que eran propios de su época y que hoy día no se usan.
Por supuesto, la técnica madre es fundamental y hay que girar en torno a ella, pero las formas de agarres, agresión o aplicación de técnicas van cambiando con el tiempo. Creo que lo más correcto es tomar lo mejor de cada estilo; aquello que tú veas que funciona y adaptarlo a ti y, aún así, nunca dejar de investigar nuevas formas y posibilidades. Esto es lo que hace que el hapkido evolucione y se mantenga vivo.

Estas palabras del maestro, reflejan la humildad de su enseñanza. Humildad que refuerza su inquebrantable lealtad al arte que practica. Lealtad fundamentada en unos principios y valores que proporcionan el coraje suficiente para mantener siempre vivo el arte del hapkido. Coraje necesario, que nos transmite, para evitar obstaculizarnos a nosotros mismos y vencer las dificultades que se presentan mediante el auto control. Auto control que provoca perseverancia y afán de superación en cada faceta de nuestras vidas. Perseverancia, a la hora de alcanzar la integridad de nuestro pensamiento y acción, e integridad que logrará el cultivo de la cortesía el la sala del Camino, docham.



Manuel Cabrera Miranda 27/ 05/ 11

martes, 31 de mayo de 2011

MI INTERIOR EN LA PRACTICA DEL HAPKIDO

Me produce gran satisfacción publicar aquí el artículo de un compañero de prácticas: Miguel Angel Boix. Miguel Angel es de esos "machacas" que no se dejan amedrentar por la dificultad de la técnica, plantándole cara hora a hora, día a día, semana a semana. Es disciplinado, buen compañero y siente en su interior el arte que practica.

Me encanta su articulo porque entre las líneas que describe, deambula esa cotidianeidad de los entrenamientos y se desliza el espíritu compañeril del Centro Deportivo Camas.

MI INTERIOR EN LA PRÁCTICA DE HAPKIDO

Concluye una clase de las duras de Hapkido (el arte marcial que practico desde hace tres años). La mayoría de nosotros íbamos de cabeza a la ducha en el más absoluto silencio, o como mucho resoplando. Hago un comentario, no recuerdo muy bien cual, que escucha el maestro (Sabonim) François Diguardia. Inmediatamente, transforma el comentario y me sugiere que escriba mis sensaciones durante una clase de Hapkido y eso voy a intentar. Nada más difícil que intentar plasmar con palabras sentimientos internos.


Mi primer pensamiento en una clase se produce del día anterior al prepararme el macuto por la noche, ya que voy al gimnasio directamente cuando llego a Sevilla desde mi trabajo y no es otra que procurar que no se me olvide nada: ropa, toalla, muñequera, jabón, pomadas tipo Voltarén o Calmatel (sabes que tarde o temprano las vas a tener que usar o prestar a algún compañero), chanclas para la ducha, etc. Cada día llevo más cosas por si las moscas y cada vez utilizo menos. Es inversamente proporcional e inexplicable. Ya es el segundo macuto que utilizo ya que el primero se quedó chico. SÍNDROME DE DIÓGENES EN EL MACUTO.

El día de la clase es especial desde la comida que me llevo en el “canasto”, ya que hay que aprovisionarse de alimentos y no ir con la barriga vacía. Más de una pájara ha habido. Sientes un hormigueo en la barriga que no sabes a que viene y si te fijas no lo sueles tener otro día que no vas al gimnasio. Tampoco lo tienes si vas un día que no hay clase, sino que vas a hacer “vida social”. ¿INQUIETUD? ¿RESPONSABILIDAD? No sabría decir.

Cuando llegas al gimnasio es momento de reencuentro con los compañeros. Se comentan las lesiones pasadas y las de reciente creación. La búsqueda del gurú Carlos para que nos mejore esa dolencia que nos impide algún movimiento comienza a ser habitual entre nosotros. Le he insinuado que ponga un consultorio de fisioterapia dos días a la semana. Seguro que clientela no le falta. Lo cierto y verdad es que en el poco tiempo que lleva con nosotros entrenando se ha hecho un hueco aunque solo sea por puro egoísmo. Creo que es instinto de supervivencia. REUNIÓN DEL CLAN.
Si te encuentras con algún compañero que lleva tiempo sin venir a entrenar, sientes alegría. Piensas interiormente que quizás el dolor entre más gente sea menor. Craso error. El maestro, cuando ve la clase muy llena de alumnos, intensifica, si cabe, aún más los requerimientos físicos de todos. Es como si alguien se hubiera retrasado en el pago de su cuota mensual y se quisiera vengar. Creo que quiere indicar que esto es para los RESISTENTES, LOS MÁS DUROS DE LA TRIBU.

Empieza la clase con su protocolo que explica perfectamente Manolo Cabrera en su blog y se intensifican las sensaciones. Durante el calentamiento muchas veces me sorprendo preguntándome cosas como “¿Qué hago yo aquí si mañana me tengo que levantar a las 5:30?, ¿Cómo es que no estoy con mi familia?, ¿O descansando?” Son cerca de las 21:30 y me arrepiento de no haber seguido mi camino hacia la parte alta del Aljarafe. ARREPENTIMIENTO. A veces, algún chascarrillo de un compañero te desvía de esos pensamientos. Las más, te dices que vas a continuar por curiosidad y por vergüenza torera. Si no es por lesión no está bien visto que te retires sin más. Si uno falla, a fallado el grupo y eso se nota. Formo parte del grupo desde el primer paso en el dochang y el grupo forma parte de mí. IMPLICACIÓN.

Pero esto no es nada si el Sabonim ha programado para hoy caídas…
La intensidad va creciendo y te puedes sentir las pulsaciones en los oídos cuando comienzan las “voladoras”. INQUIETUD. No quiero hacerme daño.
Mi mente me dice: “Las sé hacer, las he hecho cientos de veces, las puedo hacer, la hago y …” “Te has ido de lado Miguel Angel” Lo vuelvo a intentar y de nuevo la voz del maestro corrigiéndome. No pienso desistir y lo seguiré intentando hasta que me salga como otras tantas técnicas que al principio no salían bien. PERSEVERANCIA o TOZUDEZ. El límite no existe, solamente está en tu mente y en tu espíritu, y, mientras los cultives, la frontera estará abierta a nuevos conocimientos. APRENDIZAJE.

Sigue la clase y se impone recuperar líquidos. Un poco de agua fresca como reconstituyente y te das cuenta que aún quedan más de 40 minutos. ¡40 minutos más de sufrimiento¡ ¿Qué sorpresa nos tendrá preparada el Sabonim? Nunca nos defrauda. Sabe muy bien lo que quiere de nosotros y nos lo saca desde el interior nuestro si hace falta. Te remueve de tal manera que estás implicado en los ejercicios propuestos desde el principio. IMPLICACIÓN.
A cada cual le pide un poco más de lo que puede dar y consigue que lo demos al grupo. RESPETO AL MAESTRO Y AL COMPAÑERO.

Los últimos 20 minutos suelen ser más relajados y los dedicamos a practicar técnicas nuevas o a perfeccionar otras ya aprendidas. BÚSQUEDA DE LA PERFECCIÓN.

No lo he dicho antes, pero durante la práctica de este arte marcial se hace imprescindible la totalidad de tu atención. Cualquier distracción en lo que estás haciendo supone una alta probabilidad de que te lesiones o lesiones a tu compañero. CONCENTRACIÓN. Esto consigue que te olvides de las preocupaciones con las que sueles llegar a entrenar. Si me acuerdo de mi jefe es para golpear con mayor fuerza las manoplas poniéndole su cara en ella. Cuando acabo ese ejercicio me siento vacío de ira y frustración. LIBERACIÓN.

Se concluye la clase saludando al maestro y dándole las gracias por sus enseñanzas. Llegado ese momento todas las sensaciones anteriores se me agolpan y reagrupan en una: SATISFACCIÓN. Se puede confundir con ALIVIO al no tener ninguna lesión de gravedad, pero estoy convencido que la sensación es de SATISFACCIÓN, de que un día más te has superado a ti mismo y has avanzado por el camino de este gran arte marcial tan completo. Te sientes parte de él y te sientes más satisfecho de haber elegido este camino.

En la ducha llega la RELAJACIÓN del guerrero. Es en este momento, si no lo ha sido al vestirte, en el que te das cuenta que, por muchas cosas que lleves en el baúl-macuto-mochila, te falta algo imprescindible. A mi siempre me falta el peine, por eso me pelo muy corto.
Cuando llego a casa, cerca de las once de la noche estoy de mucho mejor humor que si no hubiera entrenado y mi familia lo percibe, así lo entiende y me respeta. OPTIMISMO.

En definitiva, estas sensaciones se pueden resumir en una: PASIÓN. Pasión por un arte marcial que por su concepción no te permite dedicarte a él a medias. O te apasionas o no duras más que dos semanas. O te enamoras o no hay nada que hacer. No caben medias tintas.






Miguel Angel Boix

jueves, 31 de marzo de 2011

HANGUL: EL ORIGEN DE LA ESCRITURA COREANA.

El día 9 de octubre, es el día del Hangul, el sistema de escritura coreano. En él se conmemora su creación por el rey Sejong el Grande (1418-1450), cuarto monarca de la dinastía Choson. La estatua de este admirado personaje preside la plaza Gwanghwamun en Seúl. Al principio, como sistema de escritura, los coreanos utilizaban los caracteres chinos, que eran extremadamente difíciles de aprender. Si esto se une a que la mayoría de los ciudadanos no tenían muchas oportunidades de estudiar, hacía que el mero hecho de escribir fuera un privilegio de las clases superiores. Las clases bajas apenas tenían acceso a la cultura y permanecían ensimismada en su ignorancia. Sejon el Grande era un monarca ilustrado, un rey interesado por la cultura de su pueblo. Observaba la frustración que sentían sus siervos al no poder expresar sus sentimientos mediante los caracteres chinos utilizados en la época, tan grande era su dificultad y limitación, que sólo podían hacerlo de forma oral. Ello le afligía, y emprendió una lucha para crear un sistema de escritura accesible a todas las clases sociales. En 1446 ideó un sistema: “Los caracteres chinos, al ser en su introducción de origen extranjero, no pueden representar fielmente los significados singulares de los términos coreanos. De ahí que muchos ciudadanos no tengan manera de expresar sus pensamientos y sentimientos. Como me aflige su situación, he creado un alfabeto de veintiocho letras, y es mi ferviente deseo que por este medio mejore la calidad de vida de todos mis súbditos” (Sejon).

Era un sistema fácil de aprender; no ideográfico, como el chino sino fonético y de estructura muy semejante a los Occidentales; debido a ello, algunos letrados contemporáneos a Sejong lo denominaron amkul, que significa "letra de mujeres". Precisamente, gracias a esa facilidad, el analfabetismo prácticamente desapareció de Coreaa Como complemento, escribió una guía de referencia donde explicaba la lógica existente detrás de cada carácter del nuevo sistema de escritura creado.. Fue un auténtico éxito, todo un logro: el Hangul es el sistema de escritura más perfecto del mundo. Al no existir documentación sobre la creación de este sistema de escritura, los historiadores estiman que el hangul se creó alrededor del 29 de octubre. Sin embargo, el descubrimiento del Hunminjeongeum haeryebon (las notas explicativas) se sitúa en el 9 de octubre. El hangul fue inicialmente rechazado por las clases cultas, para las que un alfabeto complicado representaba una garantía de distanciamiento (y por tanto dominio) con el pueblo. Su popularización de debió de forma decisiva a los misioneros occidentales, que lo utilizaron para traducir la Biblia al coreano con el objetivo de hacerla asequible a las clases populares. Hasta cuatro siglos después de su creación no autorizó el gobierno coreano a utilizarlo en los documentos oficiales.

LA ESCRITURA HANGUL

El han-geul (también hangul o han'gŭl, y previamente han-kul; 한글) es el alfabeto nativo coreano (en contraste con los hanja (漢字), o caracteres chinos). Cada bloque silábico hangul consiste de algunas de las 24 letras (jamo): 14 consonantes y 10 vocales. Históricamente, tenía 3 consonantes y una vocal más. Estos bloques silábicos pueden ser escritos tanto horizontalmente de izquierda a derecha como verticalmente de arriba hacia abajo, las columnas de derecha a izquierda. Aunque la escritura pueda parecer ideográfica a algunos occidentales, realmente es fonética. Estructura de la escritura en Hangul Las palabras escritas en Hangul están compuestas por sílabas, y éstas a su vez en tres partes: un sonido inicial, un sonido medio y por lo general un sonido final. Debemos dibujar un cuadro imaginario donde vamos a formar la sílaba y ubicar la primera vocal o consonante en la parte superior izquierda de éste. Si la vocal que sigue a la primera letra es horizontal, se coloca debajo de ésta; si es vertical, a la derecha. El sonido final (o última letra de la sílaba) debe ir debajo, siempre y cuando sea consonante. Por ejemplo: amor en coreano se dice: Sa-rang = 사랑 Lo primero que debemos hacer es identificar las sílabas. Después, ubicamos la primera letra de la primera sílaba (ㅅ) en la parte superior izquierda. Luego colocamos la vocal (ㅏ). Como ésta es vertical, la ponemos a la derecha de la primera consonante; nuestra sílaba quedaría así: 사(sa). El paso a seguir es construir la segunda sílaba. Ubicamos la primera letra (ㄹ) en la parte superior izquierda del cuadro imaginario. Entonces procedemos a colocar la vocal (ㅏ) a la derecha de la primera letra. Y ponemos la última consonante (ㅇ) debajo (recordemos que en una sílaba la última letra, si es consonante, se ubica debajo). Nuestra sílaba quedaría así: 랑. Unimos las sílabas, y nuestra palabra está lista: 사(sa)+랑(rang) = 사랑(sa-rang). Otro ejemplo: En Corea, al oso le asignaron el siguiente carácter: 곰 (Kom) Para formar esta sílaba, se ubica la consonante ㄱ (k) en la parte superior izquierda, después se sitúa la vocal ㅗ (o) debajo de la consonante, ya que ésta última es una vocal horizontal. Y por último se coloca la consonante ㅁ (m) en la parte inferior. ㄱ(k)+ㅗ(o)+ㅁ(m)= 곰(kom). De esta manera se pueden escribir todas las palabras Hangul 한글 el alfabeto coreano El hangul es un alfabeto silábico, es decir, se compone de vocales y consonantes que se unen en sílabas, como el alfabeto latino, que es el que utilizamos para escribir la mayoría de las lenguas occidentales. Por esto mismo el coreano es un idioma relativamente fácil de aprender para leer y escribir, tan sólo hay que conocer las vocales y consonantes y sus diversos trazos de escritura, a diferencia de lenguas vecinas como el chino o el japonés que utilizan ideogramas, y éste último hasta dos alfabetos silábicos (hiragana y katakana). La difucultad para un castellanohablante a la hora de aprender coreano puede centrarse en tres aspectos: 1-La pronunciación: fonéticamente tiene bastantes diferencias en sus sonidos. 2-Gramática y sintáctica: la construcción de la frase es bastante diferente al castellano. 3-Léxico: al no tener palabras de raiz grecolatina es un quebradero de cabeza para memorizarlo todo, quizá no al principio (podemos llegar a entender y recordar perfectamente los números, algunas frases y algunas palabras útiles) pero para una conversación de nivel básico-medio, la cosa ya se complica bastante.. El alfabeto es fácil, a poco que se escriba/practique se puede aprender en uno o dos dias. Consta de las siguientes vocales: ㅏ(a), ㅐ(ae/è), ㅔ(é), ㅣ(i), ㅓ(o), ㅗ (ò),ㅜ (u), ㅡ (eu/u neutra) La ㅏ(a) es la misma que en castellano. La ㅐ(ae/è) es una "e oberta/abierta" en valenciano, diferente a la "e cerrada" en castellano, aunque para los extranjeros se les transcriba como "ae" caso de "Taekwondo" cuya pronunciación sería "Tèkwondo". laㅔ(é es como la (e) castellana. la ㅣ(i) tambien es como la (i) castellana. la ㅓ(o) es como la (o) castellana. la ㅗ (ò) es como una "o oberta/abierta" en valenciano. la ㅜ (u) es como la (u) castellana. la ㅡ (eu/u) tiene el sonido de una vocal neutra en u. Las consonantes son: ㅂㅃ(b/p, bb/pp). La primera más suave, la segunda más fuerte, es un fonema intermedio entre B/p. Esto afecta a la trascripción del coreano para el extranjero, por ejemplo en Pusan/Busan, podemos ver que la ciudad puede escribirse con dos letras diferentes debido a un cambio reciente pero fonéticamente es igual. ㅈㅉ (j valenciana, j valenciana apichada), Esta consonante (ㅈ) es igual que la que utilizamos en valenciano en Jordi, jardí, joguet. Y la otra sería la misma pero con la pronunciación del valencià apichat (ㅉ) que hace un poco más fuerte la pronunciación de la "j" sin llegar a ser una "ch" del todo. Para los que no conozcan el valenciano podemos asociarlo con la "j" inglesa de, por ejemplo, journal o en francés la j de Jean Michel. Tambien Jamiroquai. ㅊ(ch), esta consonante corresponde al sonido fonético (ch) como en horchata, chabola, choteo o Chihuahua. ㅎ(j castellana) corresponde a la j castellana de jamón, gilipollas o jurisprudencial, aunque se puede transcribir como "h", por ejemplo "hangul" se lee "jangul" (con la u neutra) ㄷㄸ(d,dd), Es una (d) normal con la variante más fuerte que hace un sonido casi de "t". ㄱㄲ (g/ gg) Es una (g) como en ganar, gusano o gualdrapazo y su variante más fuerte que hace un sonido casi de "k" (nuestra "c" de casa) ㅅㅆ (s, ss) Es una (s ) y su variante más fuerte, una (ss ) ㅁ (m), El sonido de la (m) como en como ㄴ (n), Sonido de (n) de nariz o Nabucondonsor o en coreano "nabi" (mariposa) ㅇ (neutro, como la “h”), Es una consonante sin sonido como la ( h ) castellana que se utiliza más que nada para la escritura por una función ornamental en el dibujo silábico, a diferencia de la "h" que en castellano no tiene ninguna función (excepto la de recordarnos a los etimólogos la procedencia de una palabra "harina/farina, ahorro/aforro" y poco más), en el coreano si que es importante ya que su inexistencia en una palabra se nota. ㄹ (L/r), La fonética oriental tiene la confusión (L/r) y es uno de los signos más característicos. Cuando alguien en tono humorístico imita a un señor de por ejemplo China hablando castellano siempre hace esa confusión fonética (como el "ceceo/seseo" andaluz u otras particularidades lingüísticas). La pronunciación es a medio camino entre la (L) y la (r intervocálica o "ere"). En coreano no encontraremos ningún sonido como carro o roedor pero podemos entenderlo bien si substituimos esas (r) por la (r intervocálica o "ere"). ㅋ(k), sonido (k) de casa, kilo o caricaturesco. ㅌ(t), sonido (t) de Taekwondo, tetrabreak o termodinámica. ㅍ (p) sonido (ph) de Philosofy la (p) de pan se escribe con (ㅃ). TABLAS DE ALFABETO HANGUL

Para completar el artículo, aquí dejo las tablas del alfabeto hangul.




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viernes, 25 de marzo de 2011

DOKKODO (El Camino que se debe seguir solo)

12 de Mayo de 1645. Segundo año de la era Sosho. Shimen Musashi está preparado para la muerte. Sabe que le ronda, que muy pronto la rueda de su existencia se completará. Tiene sesenta y tres años y una vida que ha dedicado plenamente al Bushido. Solo queda completar un último escrito; unas últimas palabras que plasmen la esencia de su filosofía de vida. Decide escribir un pequeño tratado que se llamará Dokkodo (El Camino que se debe seguir solo). Al oeste de la ciudad de Kumamoto, cerca de la bahía de Ariake, se encuentra la montaña Kimpo. Desde lo alto se divisan las sulfurosas emanaciones del volcán Aso y, más allá de la bahía, el monte Uzen. La montaña kimpo está cubierta de naranjos, rodeada de paz y silencio, a sus faldas duerme el templo Ungan-ji. Tras el templo una gruta: Ungan. En su interior se encuentran unas estatuas muy veneradas que representan a Avalokitesvara (Kannon), el Buda de la Compasión Universal. La gruta está rodeada por una densa vegetación de entre las sobresalen agujas de piedras que alzan sus picos hacia el cielo. Es el lugar ideal para meditar, el lugar ideal para serenar el espíritu y escribir sus obras. Hace tres años escribió allí mismo “Gorin-no Sho” (tratado de las cinco ruedas), en el que exponía el método de su escuela de sable. Por aquel entonces escribió: “Soy un samurai nacido en la provincia de Harima, y mi nombre es Shimmen Musashi-no_Kami. Desde mi juventud he prestado atención a las Vías de la Táctica. Tuve mi primer duelo a la edad de trece años (…), pero cuando alcancé la edad de treinta años me puse a reflexionar sobre mi vida y pensé: “mis victorias no proceden de la superioridad de mi táctica, sino más bien de mis cualidades innatas gracias a las cuales no me he separado de los mejores principios. Tal vez mis adversarios carecían también de tácticas adecuadas”. De esta manera decidí profundizar aún más en la vía y continué forjándome, mañana y tarde. Por fin, a los cincuenta años, la unificación con la Vía se produjo en mí naturalmente”. Ahora quedan unas últimas palabras, un último pensamiento, un último legado para todos aquellos que siguen la Vía. Saludó al cielo, se posternó frente a las imágenes de los Budas y se sentó, inspiró profundamente y relajó la mente. Su espíritu, tras la meditación, está preparado para ser plasmado en el papel de bambú. Tomó un pincel y comenzó a escribir:
DOKKODO La Vía que recorro por mí mismo
1.- Jamás actuaré contrariamente a la moral tradicional.
2.- No tengo parcialidad por nadie ni nada.
3.- Nunca intentaré aprovechar ningún momento de facilidad.
4.- Pienso poco en mí mismo, pero mucho en la colectividad.
5.- Estoy libre de codicia a través de mi vida.
6.- Nunca lamento lo que he hecho.
7.- De ningún modo envidio a otros por su buena suerte, o me quejo de la mía si es mala.
8.- Nunca me aflijo por la separación de alguien o de algo, en ningún momento.
9.- Nunca reprocho nada a mí mismo o a otros; nunca me quejo sobre mí mismo o sobre los demás.
10.- Nunca sueño en sucumbir bajo el enamoramiento (o apasionamiento) por una mujer. 11.- Gustos y aversiones, no tengo ninguno.
12.- Sea como fuere el lugar donde vivo, jamás tendré ninguna objeción en su contra. 13.- Nunca deseo comida refinada para mí.
14.- Nunca tengo objetos antiguos ni curiosos bajo mi posesión.
15.- Jamás realizo purificaciones o abstinencias supersticiosas para protegerme contra las malas influencias.
16.- No tengo gusto por implementos de ninguna clase, exceptuando espadas y otras armas.
17.- Jamás resentiré de mi vida encausada hacia la rectitud.
18.- En absoluto deseo tener ninguna posesión que me otorgue comodidad en mi vejez. 19.- Venero a Dioses y Buddhas, pero nunca pienso depender en ellos.
20.- Más pronto prefiero dar mi vida que deshonrar mi buen nombre.
21.- Nunca, ni por un momento, ni en cuerpo ni alma, me apartaré de la Vía del Sable.

A los 12 días del quinto mes, en el segundo año de Shoho (12 de Mayo de 1645), Shimmen Miyamoto Musashi no kami Fujiwara no Genshin.

Ha terminado; tan solo queda desprenderse de sus escasa posesiones materiales y hacer eco al precepto budista de no apegarse a nada. Sabe que ha de marchar tal como vino a la vida: sin nada. Ese mismo día ofrece sus sables y silla a sus amigos, en su memoria. A su discipulo Terao Katsunobu entrega el “Tratado de los cinco anillo” y “Dokkodo". A su otro discípulo ,Terao Nobuyuki, entregará “Treinta y cinco lecciones de tácticas”. Una semana más tarde, el 19 de mayo, llega la muerte. Acepta el tránsito con naturalidad. Es vestido con su armadura, como fue su voluntad, y los funerales son oficiados por el monje Shunzan del templo Taisho-ji. La tumba de Musashi se encuentra a unos seis kilómetros de de la ciudad de Kumamoto.

domingo, 6 de marzo de 2011

LAS FUENTES

Para caminar hacia el futuro, hemos de basarnos en el pasado; beber de las fuentes de los maestros que nos precedieron e indicaron el camino a seguir. Guardar su memoria es obligación de todo aquel que practique el arte del Hapkido.
Los grandes maestro dedicaron su vida a este arte y nos legaron, como tesoros, unas enseñanzas sobre las que basarnos para hacer que este arte evolucione con el tiempo. Conocedores del concepto Taoísta "todo cambia y nada permanece", crearon la base o raíz, inmutable, sobre la que crecería, frondoso, este arbol cuyas ramas enriquecemos todos aquellos que practicamos.
Aquí dejo filmaciones antiguas en las que aparecen los grandes maestros, aquellos que dieron al Hapkido su esencia; podemos contemplarlos en vivo, tal y como eran.
Aunque ya no estén entre nosotros en cuerpo, su espíritu permanece en nuestra práctica.

Posiblemente, este es el único existente del Gran Maestro Choi Jon Sul. Podemos apreciarle enseñando técnicas a sus alumnos.
El "sparring" del video es el futuro Gran Maestro Lim.


Entrevista con el Gran Maestro Choi Jon Sul; desgraciadamente no contamos con traducción, pero es buena forma de contemplar, en directo, la personalidad de Doju Nim.


Video del Gran Maestro Lim.
Grandmaster Lim, fue fundador del Jung Ki Kwan el los primeros tiempos del Hapkido; también fue uno de los tres alumnos promovidos a 9º Dan por Choi Jon Sul.


Otro video del Gran Maestro Lim.


Rara filmación en 8mm del Gran Maestro Joo Bange Lee, realizando técnicas en Seoul sobre los años 60.


Un gran video del Grandmaster Ji Han Hae con sus primeros alumnos en Corea sobre los años 1961-1968.

martes, 1 de febrero de 2011

EL TRAJE


Todos los que practicamos artes marciales, usamos una uniformidad determinada a la que denominamos kimono. Los hay desde los más simples diseños hasta las más ostentosos y coloridos. El kimono nos identifica con la disciplina que practicamos y creo que todos podemos recordar, con cierto orgullo, la primera vez que vestimos nuestro kimono y pisamos el tatami.
Suelen lucir una gran variedad de colores, lo cual suscita la curiosidad entre los practicantes sobre el porqué de esta diversidad; siendo ésta fundamentalmente debida al estilo que se practique.
Lo cierto es que se entiende como kimono al vestido tradicional japonés que significa literalmente: “Cosa para vestir”.
Antiguamente se confeccionaba con material muy rústico, pero al ser influenciado por la cultura China y Coreana, se introdujo la seda en su confección, tornándose de esta forma en un traje suntuoso y distintivo de clase pudiente.
Según el arte marcial a practicar poseerá una denominación u otra, por ejemplo: en las artes marciales Japonesas-Okinawenses se suelen definir como Dogi (traje para la práctica de la Vía) o Keikoji (traje de entrenamiento). Según el estilo, tomará su propia definición: Karategi para el Kárate; Judogi para el Judo; Aikidogi para el Aikido, etc.
En cambio, para las artes marciales Chinas, se usará el ideograma Zhuang.
En artes marciales coreanas, como Taekwondo o Hapkido, se denomina Dobok.

Cuando emprendemos el entrenamiento en una disciplina, casi siempre nos surge la duda sobre qué tipo de kimono elegir. El factor fundamental para su elección dependerá del arte a practicar, pues no será lo mismo, por ejemplo, practicar Judo o Hapkido que Karate o Taekwondo, influyendo en ello la intensidad del ejercicio a soportar por la tela.
El kimono ha de ser amplio y permitirnos, de esta forma, la totalidad de movimientos a realizar con el cuerpo.

El Dobok de hapkido, deriva del traje tradicional coreano: el hanbok.
Los hanbok solían ser de color blanco, diferenciándose en la antigüedad por la calidad de sus tejidos. La nobleza y las clases más acomodadas solían usar telas costosas de gran calidad y colorido mientras que el hanbok tradicional del pueblo era de color blanco.
El dobok de hapkido ha de ser de tela fuerte y resistente debido a las innumerables técnicas de agarres y proyecciones que existen en él; cuya base de desarrollo está en el agarre de alguna parte del kimono.
Los colores que más frecuentemente nos encontraremos en la uniformidad de esta disciplina serán: doboks blancos, doboks negros y doboks que combinas estos colores. El color siempre depende de la escuela o estilo que se practica.
El blanco es un color muy significativo para la cultura coreana. Blanco es el fondo de su bandera y, para ellos, simboliza el principio de todo, sobre el que se aposentan los elementos básicos de la naturaleza; símbolos palgwe y el um-yang coreano.
Hay escuelas o estilos que deciden usar el blanco como color ya que, como se ha indicado líneas arriba, simbolizan el principio del Universo. En cambio otras, como a la que yo pertenezco, suelen usar el color negro: en Corea, el color negro también es muy significativo, ya que con él se representa al agua y, precisamente, este es uno de nuestros principios fundamentales del arte: Yu (el agua).
La estructura del dobok presenta un determinado simbolismo. A saber:
Chaqueta: simboliza el cielo.
Pantalón: Simboliza la tierra.
Cinturón: Simboliza al hombre. Conforme adquirimos el color, simboliza nuestra madurez y profundidad de conocimiento en la Vía que, a su vez, representa la vida misma.
Evidentemente, estos son conceptos, casi olvidados ya, reminiscencia de épocas pretéritas donde la filosofía predominaba, con más fuerza aún, arropada en el interior de estas artes. Personalmente, pienso que es algo que deberíamos recuperar y acoplar con más intensidad en la práctica, debido a la benigna influencia espiritual que puede tener sobre el practicante, tomando mayor conciencia de sí mismo.




Como punto personal, y atendiendo a su simbología, me atrae el kimono oficial de la Federación española de hapkido, el cual combina los colores blancos y negros, añadiendo a la representación ya descrita, los colores del ying-yang (las fuerzas opuestas, a partir de las cuales surge todo).
De esta forma, cuando vestimos el dobok, vestimos el Universo.
Como meditación personal, pienso que detrás de cada dobok hay una historia, una Vía, un camino; y que en el interior de cada dobok, es indiscutible que existe un afán de superación; una senda de crecimiento personal cuyo final es cuestión de cada uno. Cada persona que lo emprende sabe lo lejos que le llevará la senda, y sólo él, marcará su ritmo en ella.







domingo, 10 de octubre de 2010

DEFENSA PERSONAL FEMENINA

Una de las formas de violencias que más desprecio, es la de género; será porque la mujer nos da todo lo mejor de sí, cuida de nosotros en nuestra enfermedad y nos ampara y protege cuando nuestra moral está por los suelos. Me encanta esa frase que dice: Detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer.
¿Por qué se le devuelve ese mal, cad vez que el rencor anida en nuestra alma? ¿Por qué se descarga contra ellas la ira, la violencia que proporciona la embriaguez y la frustración ?
Ojo, cuando se siente acosado, hasta el perrito más noble se vuelve tigre.





¿Quién dice que las mujeres son el sexo débil? Aquí tenéis unas imágenes para que cambien de opinión; el secreto está en la práctica, la práctica con humildad y disciplina, la práctica con espíritu.