Amo el Hapkido. Es un arte que me fascina por la efectividad y complejidad de sus técnicas. Es un arte que se adapta a ti en todo momento; tan sólo tienes que armonizarte con él, navegar por su corriente y desembocar en su plenitud.
Todo Arte Marcial lleva implícito en sí una serie de elevados valores, tales como la autodisciplina, la rectitud, la nobleza y la amistad, el cultivo simultáneo del cuerpo y la mente, hasta hacerte comprender que ello es un "todo".
Aporta además, un inestimable beneficio a la salud, tanto físico como mental.
Hapkido, como todo Arte Marcial, marca un camino de autosuperación; un reto en el Dochang, que puede ser trasladado a la vida misma.
De todo ello, lo mas importante, a mi modo de entender, es el conocimiento que sobre ti mismo vas adquiriendo.
Descubres o defines tus límites, te confrontas con tus propios egos o ideas erróneas, y vas descubriendo una ética o filosofía que se camufla entre sus técnicas y que sólo algunos saben sacar a flote; es el legado de generaciones de maestro que han dejado ahí la impronta de toda una vida.
De esta forma, el arte pasa a ser un mero arte de lucha contra adversarios, para convertirse en un verdadero combate contra ti mismo. Si vences, forjarás tu espíritu como nunca antes lo habías hecho.
El general chino Sun Tzu, en su famosa obra "El arte de la guerra" comentaba: "Aquel que se conoce a sí mismo, aunque luche en cien combates, nunca perderá".
Es cierto que la esencia del Arte, va impregnando poco a poco tu espíritu, lo fortalece y te vas haciendo "uno" con ella, quizás al principio no lo percibas, pero conforme avances en el Camino, contemplarás sus distintos paisajes.
Llevo muchos años en la práctica de las Artes Marciales, tantos, que ya forma parte indivisible de mi vida y dificilmente concibo dejar su práctica, pues ello sería como desgajar una parte íntegra de mi propio ser.
Con Hapkido, he logrado conocerme un poco más, acercarme más aún a ese desconocido que vivía en mi interior; he superado barreras, que quizás nunca creí superar. Así debe ser el entendimiento de la convivencia con el arte.
He practicado alguna de sus armas, son un verdadero complemento. Al usarlas, llegas a descubrir que puedes proyectar tu espíritu sobre ellas. Llegan a ser una extensión de éste y derramas sobre ellas tu personalidad, haces que sean una parte de ti.
Al caminar por esta interminable senda, con humildad y disciplina, con pureza de pensamientos y constancia, llegas a sentirte un eslabón más de la cadena que hace posible que el hapkido exista, a través de las generaciones.
Muy bonita descripción has escrito sobre este arte tan interesante como es el Hapkido, que además es una disciplina que beneficia a la salud física y mental. Gracias por compartir esta linda reflexión.
ResponderEliminarUn saludo,amigo.
Muy bonita descripción has escrito sobre esta técnica tan interesante como es el Hapkido.Además es una disciplina que beneficia la salud física y mental.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir esta linda reflexión.
Un saludo,amigo.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar